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RIEGO AGRÍCOLA
Todo sobre riego agrícola


En las últimas décadas, el desarrollo tecnológico y científico ha permitido crear la infraestructura necesaria para adaptar los riegos a las necesidades de cada comunidad. El perfeccionamiento de los sistemas de bombeo para dotar al agua de presión, el mejor conocimiento del comportamiento del agua, el desarrollo de las técnicas de cultivo, el estudio de las necesidades de agua de los cultivos y una mejor comprensión del ciclo del agua, han permitido la creación de nuevas técnicas de riego que se ha difundido y expandido extraordinariamente en los últimos 30 años.

España dispone actualmente de una superficie de regadío de aproximadamente 3.400.000 has. superficie que representa casi el 15% de la superficie total cultivada.

En el regadío español destacan los siguientes cultivos:

CULTIVO % DE CULTIVO EN REGADIO
Arroz, flores y cítricos Aprox 100
Hortalizas 95
Frutales 65
Cultivos industriales, algodón y remolacha 65
Forrajes 50
Cereales 30
Viñedo 22
Olivar 12

Sin embargo, una parte importante de los regadíos españoles se encuentra en un deficiente estado de conservación, adecuación y nivel tecnológico, debido fundamentalmente por la antigüedad de los sistemas , en los que no se han realizado apenas mantenimiento. Se estima que un 45% de los regadíos españoles requieren obras de mejora, rehabilitación y modernización de las infraestructuras.

AÑOS DE ANTIGÜEDAD % DE LA SUPERFICIE TOTAL DE REGADÍO
Mas de 200 30%
90-200 7
20-90 36
Menos de 20 27

En España entorno al 80% del consumo de agua corresponde a los regadíos , mientras que los usos domésticos e industrial consumen respectivamente un 14 y un 6% aproximadamente.

Aunque la cantidad de agua líquida es constante, su movilidad dentro del ciclo hidrológico hace que se distribuya muy irregularmente en el espacio y en el tiempo. En España esta circunstancia se agrava ya que es un país en el que se dan importantes desigualdades en la disponibilidad del agua. El 41% del agua disponible en nuestro país, se concentra en solo el 11% del territorio, mientras que el otro 89% dispone del 59% de agua restante. Es por lo tanto en estas zonas donde el agua ha de ser convenientemente regulada.

A la distribución temporal y espacial irregular del agua hay que sumar que la demanda de agua crece progresivamente con el tiempo. Asimismo se han venido realizando prácticas de riego poco eficientes en el uso del agua, aunque es un hecho que esta cambiando, no solo por un mayor conocimiento por parte de los agricultores sino también por el desarrollo de nuevas tecnologías en materia de riegos que ahorran agua y la utilizan de manera mas eficiente.

En multitud de zonas de España la agricultura de secano ha supuesto únicamente una actividad de bajos ingresos por unidad de superficie para los agricultores. Tradicionalmente la agricultura de regadío ha supuesto la única alternativa posible para el desarrollo de multitud de zonas rurales, fomentando una agricultura productiva y rentable, tanto económica como socialmente.

En la actualidad, el regadío genera anualmente en España unos 550.000 empleos, lo que supone mas de la tercera parte del empleo total generado en el sector agrario. Con respecto a la agricultura de secano, la proporción de empleados es de unas 7 a 8 veces mayor en regadío (como media de las agriculturas españolas), cifra que aumenta notablemente en determinadas zonas (como la agricultura de regadío bajo plástico y producciones hortícolas).

La mano de obra que crea la agricultura de regadío tiene también un importante efecto en la evolución de las poblaciones (como lo atestigua, por ejemplo, el claro incremento de la población del Poniente almeriense a medida que la superficie de cultivo regado bajo plástico aumenta) y a su vez en la economía de la zona.

Hoy en día, la Agricultura de regadío genera una producción final muy superior al del resto de los sistemas agrícolas aún cuando la superficie de cultivo regada es muy inferior. Asimismo, la actividad empresarial relacionada con el regadío es ingente, contando con áreas tan dispares como suministros de material de riegos, fertilizantes, fitosanitarios, transformación y comercialización de productos o asesoramiento agronómico e hidráulico. Pero tampoco se debe olvidar el aspecto social, la generación de empleo y la redistribución de la población en torno a las zonas de regadío.

El uso de un método de riego u otro depende de numerosos factores, entre los que es preciso destacar los siguientes:

La topografía del terreno y la forma de la parcela.
Las características físicas del suelo, en particular las relativas a su capacidad para almacenar el agua de riego.
Tipo de cultivo, del que es imprescindible conocer sus requerimientos de agua para generar producciones máximas, así como su comportamiento en situaciones de falta de agua.
La disponibilidad de agua y el precio de la misma.
La calidad del agua de riego.
La disponibilidad de la mano de obra.
El coste de las instalaciones de cada sistema de riego, tanto en lo que se refiere a inversión inicial como en la ejecución de los riegos y mantenimiento del sistema.
El efecto en el medio ambiente.
A su vez, una vez elegido el sistema de riego, existen bastantes tipos de sistemas o variantes, cuya elección se realizará teniendo en cuenta aspectos mas particulares.

En la actualidad son tres los métodos de riego utilizados:

Riego por superficie.
Riego por aspersión.
Riego localizado.
En España el 59% de la superficie de los regadíos se riegan por superficie, el 24% por aspersión y el 17% por riego localizado.

Riego por superficie  Riego por aspersión  Riego localizado

EL AGUA EN EL SUELO Y LA PLANTA. PÉRDIDAS DE AGUA.

En función de la mayor o menor proporción de agua en los poros del suelo, y su disponibilidad para la planta se definen cuatro niveles de humedad:

Niveles de contenido de agua en el suelo

Saturación: Cuando todos los poros están llenos de aire.

Límite superior (LS): Es un nivel de humedad que se consigue dejando drenar el agua del suelo saturado. Este contenido de agua es la mayor cantidad de agua que el suelo puede llegar a almacenar sin drenar. También se conoce como capacidad de campo (CC).

Límite inferior (LI): Si el suelo no recibe un nuevo aporte, la evaporación de agua desde el suelo y la extracción por parte de las raíces hacen que el agua almacenada disminuya hasta llegar a este nivel en el que las raíces no pueden extraer mas cantidad. Aunque el suelo aún contiene cierta cantidad de agua, las plantas no pueden utilizarla. Se conoce también como punto de marchitez o punto de marchitamiento permanente.

Suelo seco: Situación en que los poros del suelo están totalmente llenos de aire.

Así pues, las plantas pueden extraer el agua del suelo desde el límite superior hasta el límite inferior., que es lo que se conoce como Intervalo de Humedad Disponible ( también conocido como agua útil). En la práctica, la mayor cantidad que el suelo puede almacenar y poner a disposición de las plantas es en torno al 70% de la cantidad de agua representada por el IHD.

Intervalo de humedad disponible

Para poder programar los riegos de forma eficaz, es necesario conocer el nivel de humedad o cantidad de agua que tiene el suelo y los valores tanto de límite superior como inferior.

NOTA: La experiencia nos dice que en las zonas secas, el agua limita con frecuencia los rendimientos y que siempre que no haya alguna acción negativa de otros factores de la producción vegeta, a medida que aumenta el régimen de humedad lo hacen también los rendimientos.

El incremento de rendimientos suele ser mas acusado en los cultivos de regadío. Estos cultivos suelen dar sus máximos rendimientos cuando se mantiene el suelo en un régimen de humedad constante por encima del 80% del agua utilizable. Si se supera la capacidad de campo, se producen descensos importantes de los rendimientos, lo que justifica la necesidad de drenaje.

En los cultivos de secano se ofrecen los máximos rendimientos en condiciones de humedad de suelo algo menores: a partir del 60% del agua útil habitualmente. Mayor contenido de agua no ofrece, a veces, incrementos significativos de rendimientos, ya que estas especies no están adaptadas a la utilización de grandes volúmenes de agua.

El contenido de agua en el suelo se puede determinar de forma directa utilizando muestras de suelo o bien de forma indirecta usando unos aparatos específicos.

Medidas directas del contenido de agua en el suelo

Humedad gravimétrica:

Es el peso de suelo ocupado por el agua. Por ejemplo, si en una muestra de suelo humedecido 14 grs son de agua y 65 grs son de suelo, la humedad gravimétrica será el resultado de dividir 14 entre 65 y multiplicar por 100, es decir, el 21,5%.

Humedad volumétrica:

Es el porcentaje de peso de suelo ocupado por el agua. Por ejemplo, si en una muestra de suelo humedecido, 12 cm3 son de agua y 48 cm3 son de suelo, la humedad volumétrica, será el resultado de dividir 12 entre 48 y multiplicar por 100, es decir, el 25%.

Lo mas frecuente es calcularla multiplicando la humedad gravimétrica por la densidad aparente (da) del suelo. La densidad aparente es la relación entre el peso de una muestra de suelo y el volumen que ella ocupa, y su valor es diferente para cada tipo de suelo si bien para suelos con textura similar, (da) es muy parecida. las unidades mas frecuentes de densidad aparente son gramos por centímetro cúbico (g/cm3).

Medidas indirectas del contenido del agua en el suelo

Tensiómetros:

Son aparatos que miden la succión o fuerza que ejerce el suelo sobre el agua. A medida que el suelo pierde agua la succión aumenta, es decir, el suelo ejerce mas fuerza para retener agua. Por lo tanto observando cómo varía el valor de la succión podemos saber la evolución del agua en el suelo. Normalmente se instalan dos tensiómetros a distintas profundidades de esta forma podriamos medir gradientes hidráulicos y por tanto conocer la dirección de los flujos de agua en el suelo.

Antes de enterrar el tensiómetro en el suelo es necesario llenarlo de agua eliminando cualquier burbuja de aire. Para ello se introduce en un cubo de agua, y quitando el tapón que obtura herméticamente el extremo opuesto al que va situado la cápsula porosa, se llena de agua mediante succión utilizando una bomba de mano. Una vez el agua rebose por el extremo, cerramos de nuevo el tapón. En estas condiciones, el agua que llena la sonda esta a la presión atmosférica y el vacuómetro marca cero.

Como la cápsula cerámica es permeable al agua y a las sales disueltas, el agua del interior de la sonda acaba adquiriendo la misma concentración salina de la solución del suelo. Por esta razón no sirve para medir el potencial osmótico, a menos que vaya equipada con algún tipo de sensor salino auxiliar.

Las medidas de presión hidrostáticas están limitadas a potenciales matriciales inferiores a 1 atm. Para tensiones superiores, puede penetrar aire en el interior de la sonda a través de la cápsula porosa y se rompería la continuidad de la columna líquida

Sonda de neutrones:

Se introduce en el suelo a la profundidad deseada y emite neutrones. Los neutrones se reflejan mas o menos dependiendo del contenido de agua del suelo. Un receptor cuenta los neutrones reflejados y transforma la señal en contenido de agua.

TDR:

Consta de varillas metálicas que se introducen en el suelo y un emisor receptor de impulsos magnéticos. Genera un pulso electromagnético y mide el tiempo que tarda en recorrer las varillas, que será mayor o menor atendiendo al contenido de humedad del suelo.

Un suelo es un almacén de agua que cambia la cantidad de agua con el tiempo debido a que las demandas varían mucho dependiendo de las condiciones climáticas, el estado de desarrollo del cultivo y de las prácticas de riego. Los aportes de agua al suelo son la lluvia y el riego, sin embargo no todo el agua aportada es almacenada y puesta a disposición de las plantas, sino que se producen pérdidas debido a:

Escorrentías:

Representa la cantidad de agua de lluvia o riego que cae sobre la superficie del suelo pero que este no puede infiltrar. Así, el agua sobrante escurre sobre él sin ser aprovechada por el cultivo. Puede ser grande en algunos sistemas de riego por superficie (principalmente riego por surcos), sin embargo no suele ser frecuente que se produzcan en riegos por aspersión bien diseñados y manejados. Por lo general, en riego localizado no hay escorrentías.

La relación de escorrentía es la cantidad de agua que escurre sobre la superficie del suelo regado dividida entre el total de agua aplicada con el riego. Por ejemplo, si en un riego se aportan 1000 metros cúbicos de agua y se pierden 200 por escorrentía, la relación de escorrentía será de 0,2 o del 20%.

Relación de escorrentía= Cantidad perdida por escorrentía/cantidad de agua aplicada

Filtración profunda o precolación:

Cuando el agua aplicada sobre la superficie del suelo se infiltra, pasa poco a poco hacia capas mas profundas. Si la cantidad de agua aplicada es mayor que la capacidad de retención, el agua infiltrará hacia zonas en las que las raíces del cultivo no pueden acceder, siendo por tanto agua perdida

La relación de filtración es la cantidad de agua que percola dividida entre el total de agua aplicada con el riego. Por ejemplo, si en el mismo riego del ejemplo anterior se pierden 15 metros cúbicos de agua por filtración profunda, la relación de filtración profunda será de 0,015 o del 1.5%.

Relación de filtración = Cantidad por filtración profunda/Cantidad de agua aplicada.

Evaporación:

Proceso por el cual el agua pasa de la superficie del suelo a la atmósfera en forma de vapor.

Existen tres índices para determinar en que manera el riego ha sido realizado de forma correcta tanto para el aprovechamiento de agua por parte del cultivo como de ahorro de agua. Eficiencia de aplicación (Ea), coeficiente de déficit (CD) y coeficiente de uniformidad del riego (CU).

Eficiencia de aplicación (Ea):

Es la relación entre el agua que realmente queda almacenada en la zona de raíces del cultivo (y por lo tanto puede ser aprovechada por ellas) y el agua total aplicada con el riego (Aplicada).

Eficiencia de aplicación

Eficiencia de Aplicación según el Método de Riego

El coeficiente de déficit (CD):

Índica la relación entre el agua que ha faltado para llenar por completo la zona de actividad de las raíces (no aportada) y la cantidad total de agua que hubiera sido necesaria para llenarla totalmente (necesaria). Refleja el porcentaje de volumen de suelo que debería recibir agua y no lo hace.

Cociente de déficit

El coeficiente de uniformidad (CU):

Índica la uniformidad en la distribución del agua aplicada con el riego en el suelo. Si la uniformidad es baja existirá mayor riesgo de déficit de agua en algunas zonas y de filtración profunda en otras.

Uniformidad del agua infiltrada

PROGRAMACIÓN DE RIEGOS.

En la programación del riego vamos a determinar cuando se ha de regar y cuanta agua aplicar. Para esto es imprescindible conocer las características del cultivo, las características físicas del suelo y las condiciones climáticas de la zona. Con la programación del riego podemos perseguir una maximización de la producción, de la calidad de los productos, ahorro de abonos, de agua etc.

La influencia del cultivo y su estado fenológico es importante ya que las necesidades hídricas dependerán del tipo de planta y de su estado de desarrollo. A si mismo, las raíces de un cultivo ocupan distintas profundidades en función de la fase de desarrollo con lo que la cantidad de agua en distintas zonas debe variar acorde con el crecimiento. Atendiendo al tipo de suelo tendremos distintas capacidades para retener agua por lo que las estrategias de riego serán diferentes. A esto añadimos que las necesidades varían mucho en función del clima, la radiación solar, el viento, la precipitación, etc. por lo que se hace necesario conocer las características climáticas de la zona y del cultivo para programar adecuadamente los riegos.

Todo esto es aplicable a todos los cultivos si bien algunos de ellos requieren prácticas de riego especiales. También hay que tener en cuenta las características específicas que un suelo pudiera tener (por ejemplo la presencia de patógenos). Por la gran variedad de casos que pueden presentarse, se desarrollará a continuación una programación genérica sin atender a casos particulares. Sin embargo es preciso tener en cuenta que la practica del riego no es algo independiente sino que esta íntimamente ligada al resto de las prácticas de cultivo en que este se desarrolla.

La determinación de las necesidades de agua de los cultivos es el paso previo para establecer los vólumenes de agua que será necesario aportar con el riego.

La cantidad de agua que las plantas transpiran es mucho mayor que la retienen ( la que usan para crecimiento y fotosíntesis). La transpiración puede considerarse, por tanto, como el consumo de agua de la planta. Además debemos de considerar que hay pérdidas de agua por evaporación del agua desde la superficie del suelo.Necesidades de Agua
La cantidad de agua que suponen ambos procesos, transpiración y evaporación, suele considerarse de forma conjunta simplemente por que es muy difícil calcularla por separado. Por lo tanto se considera que las necesidades de agua de los cultivos están representados por la suma de la evaporación directa desde el suelo mas la transpiración de las plantas que es lo que comúnmente se conoce como evapotranspiración (ETP).

La evapotranspiración suele expresarse en mm de altura de agua evapotranspirada en cada día (mm/día) y es una cantidad que variará según el clima y el cultivo. Aunque en realidad existe una interacción entre ambos, puede admitirse la simplificación de considerarlos por separado y por lo tanto la evapotranspiración se calcula como:Cálculo de la evapotrabspiración

Evapotranspiración de referencia

Para poder calcular la evapotranspiración (ETP) se parte de un sistema ideado para este fin, consistente en medir el consumo de agua de una parcela de unas medidas concretas sembrada de hierba, con una altura de unos 10-15 cm, sin falta de agua y en pleno crecimiento, donde se ha colocado un instrumento de medida. Al dato obtenido se le llama evapotranspiración de referencia (ETPr). Como el cultivo es siempre el mismo, será mayor o menor según sean las condiciones del clima (radiación solar, temperatura, humedad, viento, etc.) y del entorno (no es lo mismo calcular la ETPr dentro de un invernadero o en el exterior). El calculo empírico de la evapotranspiración de referencia es difícil y para obtenerla normalmente recurrimos a las entidades publicas, centros de investigación, etc.

Evapotranspiración de referencia

Coeficiente de Cultivo

El coeficiente de cultivo (Kc) describe las variaciones de la cantidad de agua que las plantas extraen del suelo a medida que se van desarrollando, desde la siembra hasta la recoleccción.

En los cultivos anuales normalmente se diferencian 4 etapas o fases de cultivo:

Curvas real y teórica del coeficiente de cultivo
INICIAL: Desde la siembra hasta un 10% de la cobertura del suelo aproximadamente.

DESARROLLO: Desde el 10% de cobertura y durante el crecimiento activo de la planta.

MEDIA: Entre floración y fructificación, correspondiente en la mayoría de los casos al 70-80% de cobertura máxima de cada cultivo.

MADURACIÓN: Desde madurez hasta recolección.

Como se observa en la figura superior, Kc comienza siendo pequeño y aumenta a medida que la planta cubre mas el suelo. Los valores máximos de Kc se alcanzan en la floración, se mantienen durante la fase media y finalmente decrece durante la fase de maduración. Lo mejor es disponer de valores de Kc para cada cultivo obtenidos en la zona y para distintas fechas de siembras, pero en ausencia de esta información se pueden usar valores orientativos de Kc para varios cultivos herbáceos y hortícolas como los siguientes, en los que se observa que aún siendo diferentes para cada cultivo, presentan valores bastante próximos a ellos.

Valores de coeficiente de cultivo
Para los cultivos leñosos, permanentes, los coeficientes de cultivo suelen venir expresados por meses y usualmente en función del grado de cobertura del suelo (que indica el porcentaje de superficie de suelo que ocupa la masa arbórea).

Grados de cobertura del suelo en cultivos leñosos

Valores de coeficiente de cultivo para distintos cultivos leñosos

En caso de que exista algún cultivo implantado entre las filas de los árboles, los coeficientes de cultivo aumentarían debido al consumo que tal cultivo implica. Ocurriría lo mismo si existieran malas hierbas.

Ejemplo: Si la ETPr en la provincia de Córdoba es de 5 mm/día en el mes de Mayo, se desearía saber cual es la ETP diaria del cultivo de maíz situado en las proximidades de Córdoba, que se encuentra en fase media.

Utilizando las tablas se obtiene un Kc de 1,15 en la fase media. Asi pues la ETP diaria será:

ETP=ETPr x Kc = 5 x 1,15 =5,75 mm/día

Antes de calcular el agua que vamos a aportar con el riego, debemos conocer la profundidad del suelo ocupada por las raíces. A continuación se muestran algunas profundidades máximas de raíces para algunas especies.

Profundidad de raíces media de diferentes cultivos

En algunas ocasiones cuando las condiciones del suelo y agua son favorables, se han encontrado valores mayores.

La cantidad de agua del suelo que teóricamente está a disposición para las plantas viene determinado por el Intervalo de Humedad Disponible (IHD) también llamada Agua Útil (diferencia entre el límite superior (capacidad de campo) e inferior de humedad (punto de marchitez)).

Al límite superior también se le conoce como Capacidad de Campo. Si saturamos un suelo, la cantidad de agua, la cantidad de agua que queda retenida en los poros sin se arrastrada por el peso de la gravedad, es la Cacidad de Campo o Capacidad de Retención. La capacidad de campo se valora por el porcentaje en volumen de agua existente con respecto al suelo seco. Según diferentes autores alcanza los siguientes valores:

Suelos arenosos 6%
Suelos ligeros 10-15%
Suelos medios 20-25%
Suelos pesados 35-40%

Al límite inferior también se le conoce como Punto de Marchitez (el esfuerzo de absorción de las raíces no es suficiente para competir con las fuerzas de retención que ejercen las partículas del suelo y las sales existentes). El agua que aún queda, pero que no es capaz de aprovechar la planta, se llama Agua Inerteo Agua Higroscópica y, en general, tiene los siguientes valores en volumen con respecto a la tierra seca:

Suelos arenosos 2 %
Suelos ligeros 6 %
Suelos medios 9 %
Suelos pesados 18 %

El valor del Intervalo de Humedad Disponible (IHD) (Agua Útil) es diferente para cada suelo dependiendo básicamente de su textura.

Algunos valores orientativos son los siguientes:

Intervalo de humedad disponible (IDH)

 

Esto quiere decir que en un suelo franco-arcilloso con un Intervalo de Humedad Disponible de 185 mm de agua por metro de profundidad de suelo, en un cultivo de algodón que tiene una profundidad de raíces de 0,9 m., la cantidad de agua teóricamente disponible corresponde a una lámina de agua de altura:

Ejemplo Intervalo de humedad disponible (IDH)
Como acabamos de ver el agua útil o intervalo de humedad disponible es la diferencia entre la capacidad de campo y el punto de marchitez y su valor referido a % en volumen de agua con respecto al suelo seco se deduce de las tablas anteriores:

Suelos arenosos 4 %
Suelos ligeros 5 al 9 %
Suelos medios 10 al 15 %
Suelos pesados 17 al 22 %

Aunque las plantas pueden extraer agua del suelo hasta un nivel de humedad que corresponde con el límite inferior (punto de marchitamiento), existe un nivel de humedad entre el límite superior y el inferior a partir del cual las raíces encuentran dificultades para extraer el agua (aumenta el esfuerzo metabólico por la succión), produciéndose una disminución de las transpiración que implican pérdidas de producción (menor vegetación y frutos más pequeños). A este nivel se le denomina Nivel de Agotamiento Permisible (NAP) y normalmente se representa como una fracción del Intervalo de Humedad Disponible.

Nivel de agotamiento permisible

Cuando programamos el riego, normalmente empleamos valores entre 0,6 y 0,8 (un valor de 0,65 se considera muy adecuado), pero en cultivos con alto valor económico, como por ejemplo las hortícolas, no debe usarse un valor de NAP mayor de 0,5 para asegurarnos que el cultivo no sufrirá en ningún momento carencia de agua que repercutiría directamente en la producción.

La humedad correspondiente al Nivel de agotamiento Permisible es la cantidad de agua que el suelo debería tener siempre, como mínimo, para que la producción fuera siempre la máxima posible. Para el caso del ejemplo anterior, la humedad del suelo (expresada como altura de la lámina de agua) que corresponde a un nivel de agotamiento Permisible de 0,65, será:
Ejemplo Nivel de agotamiento permisible
Supongamos un suelo que tiene una humedad correspondiente al límite superior. A partir de este momento la evapotranspiración comienza a consumir agua, y esta se va agotando día a día. La cantidad de agua que va faltando con respecto al límite superior se denomina Déficit de Agua en el Suelo (DAS) y será mayor a medida que pasa el tiempo.

Deficit de agua en el suelo

 

Las estrategias de riego se pueden entender como criterios para decidir el momento de efectuar un riego y la cantidad de agua a aplicar.

Estrategias de Riego

1. Un criterio general es aplicar las necesidades brutas de riego (Nb) cuando el Deficit de Agua en el Suelo (DAS) sea igual al Nivel de Agotamiento Permisible (NAP), teniendo en cuenta estrictamente el balance de agua (agua que se aporta al sistema suelo-planta menos agua que se extrae del sistema) es la estrategia mas recomendable, ya que así se evitan problemas de extracción de agua y por tanto no habrá repercusiones en la producción final.

Estrategias de Riego

2. Si el valor comercial del cultivo es muy alto, nos aseguraremos de que las raíces de las plantas no tengan problemas en extraer el agua en ningún momento. Para ello aplicamos las necesidades brutas de riego antes de que el DAS alcance el NAP. Así aumentamos el número de riegos, y dependiendo del método de riego empleado, su coste.

3. En ocasiones es conveniente aplicar una cantidad de agua fija con los riegos, de manera que se aproveche al máximo el sistema de riego. Los sistemas de riego automatizados de riego por aspersión (por ejemplo el pivotante, mas conocido como “pivot”) es un claro ejemplo de aplicación de una cantidad fija, que depende de la velocidad a la que se desplace la maquina. En estos casos , el momento de realizar el riego es aquel en el que el Déficit de agua en suelo iguala a las necesidades netas, pero teniendo en cuenta que se aplicarán las necesidades netas.

Estrategias de Riego

4. En numerosos sistemas de riego (fundamentalmente en riego por superficie) existen restricciones para elegir el momento del riego ya que están organizados por turnos en los que cada agricultor riega cuando le está permitido. En este caso puede ser que el Déficit del Agua en el suelo supere al nivel de agotamiento permisible. Lo mas usual es que el agricultor procure aplicar el agua correspondiente a las necesidades brutas, es decir cargar el suelo de agua en previsión de que el turno de agua se pueda retrasar.

Estrategias de Riego

En las estrategias anteriores aplicamos necesidades brutas. Aplicar cantidades mayores supone incrementar las pérdidas por filtración profunda o drenaje, mientras que aplicaciones inferiores disminuirían la evapotranspiración que incidiría negativamente en la producción.

Las estrategias de riego son unos criterios generales, que se concretan elaborando un calendario medio de riegos en le que se precisan el momento de riego y la cantidad de agua que se aplica en cada uno de ellos.

Contando con los datos del cultivo, el suelo y el clima, se puede establecer un calendario medio de riegos asumiendo el caso más simple, en el que se supone que la lluvia es nula durante el ciclo del cultivo y que los valores de evapotranspiración de referencia son los de la media de los últimos años. Necesitaremos por tanto contar con los siguientes datos:

Evapotranspiración de referencia (ETP) de la zona.

Coeficiente de cultivo (Kc) del cultivo a regar en distintas fases del desarrollo de éste.

Profundidad radicular media en distintas fases del cultivo.

Intervalo de humedad disponible en el suelo.

Nivel de agotamiento permisible para el cultivo.

Datos diversos del sistema de riego como por ejemplo la eficiencia.

Deberá elegirse una estrategia para determinar el criterio con el cual se calculará el momento de efectuar el riego. Usando parte de los datos anteriormente citados se calculará el déficit de agua en el suelo y el nivel de agotamiento permisible que indicará el momento de riego, mientras que la cantidad de agua a aplicar dependerá del criterio elegido, aunque lo mas frecuente es que se apliquen las necesidades brutas.

Ejemplo:

Se desea elaborar un calendario medio de riegos para un cultivo de maíz en una finca situada en el termino Municipal de Córdoba con los siguientes datos:

Localidad: Maíz
Fecha de siembra: 1 de Mayo.
Eficiencia de aplicación del sistema de riego: 75%
Suelo: Franco con intervalo de humedad disponible de 150 milímetros por metro de profundidad.
Nivel de agotamiento permisible: 0,65
Profundidad media de las raíces: 0,5 m.
Se establece el criterio de regar cuando el déficit de agua en el suelo alcance el nivel de agotamiento permisible y aplicamos las necesidades brutas de riego.

El calendario final de riego es el siguiente:

Calendario Resultante (I)

Calendario resultante

A continuación explicamos como se ha desarrollado.

1. El primer paso es calcular la evapotranspiración diaria (en milímetros por día) usando la ETP y el coeficiente de cultivo Kc.

Primer paso

2. El déficit de agua en el suelo se calcula acumulando la evapotranspiración que se produce cada día. Normalmente no se utilizan decimales y se indica el valor mas próximo en milímetros.

Segundo paso

Para el día 4 de mayo se han acumulado 2,3 + 2,3 + 2,3 + 2,3 = 9,2 mm que redondeamos a 9 mm.

3. Calculamos para cada profundidad radicular, cual es la cantidad de agua en el suelo (en mm de altura) que supone el nivel de agotamiento permisible.

0,5 m (prof raíces) x 0,150 (IHD) x 0,65 (NAP) = 0,049m. = 49 mm

Tercer paso

4. Ahora para cada día se comprueba si el déficit de agua en el suelo es mayor o menor que el nivel de agotamiento permisible. En el momento que se supere, será el momento de regar. El día 10 de Mayo DAS = 23 mm Y NAP=49 mm, es decir DAPNAP (DAS= 72 mm y el NAP=68 mm) que nos índica que debemos dar un riego con las necesidades brutas de riego.

Nb= Nn/Ea X 100 = 68/75 x 100= 91 milímetros

Cuarto paso
A partir del 20 de mayo el déficit vuelve a ser 0, Comenzamos a calcular el nuevo deficit según la ETP que se produzca cada día. El proceso lo continuamos de la misma manera hasta el final de la campaña. Es decir:

Calendario resultante

Calendario resultante

Calendario resultanteCalendario resultante

Se denomina programación en tiempo real al que utiliza datos en tiempo real, es decir medidos diariamente o en fechas cercanas al momento actual. Llamamos calendario medio al que se elabora teniendo en cuenta valores medios de varios años.

En realidad es muy difícil encontrar valores de ETPr diarios, por lo que la programación en tiempo real no suele utilizarse. A este respecto, los Servicios de Asesoramiento al Regante, como entidades de apoyo que prestan orientación y recomendaciones en materia de riegos, son una ayuda valiosa para hacer un uso eficiente del agua.

En los climas mediterráneos las lluvias se producen en otoño, primavera y ocasionalmente tormentas de verano. En esta situación se mantienen las fechas de riego obtenidas con un calendario medio de riego, y restamos el agua de lluvia que ha caído desde el último riego a la cantidad de agua a aplicar al riego siguiente.

En estas zonas también es una opción bastante recomendable no regar hasta alcanzar el contenido de humedad correspondiente al límite superior (que es lo mas común), sino dejar parte del almacenamiento del suelo sin rellenar para aprovechar el agua de lluvia durante los días posteriores al riego.

Versión móvil: Habilitado